Los ANTITRANSPIRANTES o ANTIPERSPIRANTES
están destinados a suprimir o limitar la producción excesiva de sudor axilar
y palmoplantar. Son sales de aluminio o de zirconio, que provocan una
ligera inflamación del canal sudoríparo, vía de excreción del sudor ecrino, y
del folículo piloso, vía de excreción del sudor apocrino, lo que genera una hiperqueratosis.
Como resultado, se disminuye el diámetro de luz de los conductos, que se obstruyen
impidiendo la secreción.
DESODORANTES son cosméticos
destinados a impedir, atenuar, enmascarar o eliminar el mal olor corporal.
Incorporan en su formulación como principal componente sustancias bacteriostáticas
e inhibidoras de la proliferación microbiana en la superficie cutánea. Actúan
por tanto limitando el desarrollo de la flora bacteriana responsable de
degradar los componentes del sudor que originan compuestos fétidos.
Aunque no existe una certeza
evidente de que las sales de aluminio puedan producir problemas de salud, si
parece haber una correlación entre dichas sales y una alta incidencia de
reacciones alérgicas. Parece por tanto, que la solución más razonable para la
elección de un producto destinado a combatir el olor corporal sea la del
desodorante frente al antitranspirante.
En cuanto al uso del alcohol en los desodorante, encontramos ventajas e inconvenientes. Entre las ventajas está su alta capacidad bacteriostática, buena extensibilidad y rápida volatilidad que hace que se elimine con facilidad. Entre los inconvenientes, el efecto deshidratante de la piel y la posibilidad de producir irritaciones e incluso intolerancia, esto último es lo que desaconseja su uso en personas sensibles.
En cuanto al uso del alcohol en los desodorante, encontramos ventajas e inconvenientes. Entre las ventajas está su alta capacidad bacteriostática, buena extensibilidad y rápida volatilidad que hace que se elimine con facilidad. Entre los inconvenientes, el efecto deshidratante de la piel y la posibilidad de producir irritaciones e incluso intolerancia, esto último es lo que desaconseja su uso en personas sensibles.
Una de las estrategias desodorantes es el enmascaramiento del olor, para ello se utilizan esencias de lo más variadas. El resultado en este caso no es el óptimo, ya que no se elimina el origen del mal olor. Lo normal es utilizar las esencias en combinación con otros ingredientes que actúen contra las causas desencadenantes del mal olor corporal.
Comentario aparte merece el farnesol. Se trata de un compuesto presente en numerosos aceites esenciales con actividad bacteriostáticas frente a bacterias Gram + que proporciona buenos resultados en formulaciones de desodorantes. Puede ser una alternativa de elección buena cuando se trate de formular productos considerados naturales. Se utiliza entre el 0,2 y 0,5%.
Otra estrategia que se utiliza para la formulación de desodorantes, normalmente en combinación con sustancias bacteriostéticas, es la modificación del pH con ácido láctico o ácido cítrico. El mantenimiento de la acidez (el sudor ecrino original tiene un pH=4,5-5,5) evita que las bacterias responsables de la descomposición de la secreción apocrina puedan actuar. El uso del ácido bórico, ámpliamente utilizado años atrás sobre todo para el tratamiento del olor de los pies, está actualmente prohibido en cosmética.
Otra estrategia que se utiliza para la formulación de desodorantes, normalmente en combinación con sustancias bacteriostéticas, es la modificación del pH con ácido láctico o ácido cítrico. El mantenimiento de la acidez (el sudor ecrino original tiene un pH=4,5-5,5) evita que las bacterias responsables de la descomposición de la secreción apocrina puedan actuar. El uso del ácido bórico, ámpliamente utilizado años atrás sobre todo para el tratamiento del olor de los pies, está actualmente prohibido en cosmética.
El uso de sustancias que interfieren los procesos de descomposición de las secreciones es otro método de atajar la proliferación de olores desagradables, para ello se utilizan sustancias como la vitamina E, un potente antioxidante a nivel celular.
Los medios físicos también merecen la pena que sean considerados a la hora de formular un desodorante, básicamente consisten en procesos de absorción de los residuos malolientes. Se pueden usar sustancias porosas absorbentes u oxido de zinc.
Utilizar una de estas técnicas o más frecuentemente una combinación de varias, son los procesos que se siguen para la elaboración de desodorantes actualmente.