Mezclar sustancias inmiscibles, ¡esa es la cuestión paradójica!
Un altísimo porcentaje de los productos cosméticos habitualmente utilizados son técnicamente emulsiones: leches, cremas más o menos viscosas, cremi-geles, pomadas, etc...
Cuando a una mezcla de agua y aceite, o de sustancias hidrofílicas y lipofílicas se le aplica una energía cinética, una de las partes se interponen en otras; imagínese un vaso con tres dedos de agua y uno de aceite el cual movemos enérgicamente con una cucharilla. El aceite formará gotas dentro de la masa de agua, más pequeñas cuanto más enérgicamente agitemos. Diremos que hemos formado una emulsión de aceite en agua. En este caso, tras reposar un poco la emulsión, volverán a separarse las fases ya que tienden a situarse de la forma energéticamente más favorable.
Si consiguiéramos estabilizar esas gotitas de aceite en el seno de la matriz acuosa y mantenerlo en el tiempo, conseguiremos tener una herramienta formidable para canalizar los activos cosméticos que necesitemos poner en contacto con la piel protegiéndolos del exterior y liberándolos de manera conveniente.
Tomemos otro ejemplo corriente. Cuando elaboramos una mayonesa, ponemos un huevo, aplicamos energía con una batidora y añadimos poco a poco aceite. Estamos interponiendo aceite en una matriz hidrófila. La gran diferencia con el ejemplo anterior es que ahora ese aceite no se separa de la fase que lo contiene, ¿por qué ocurre esto?.
Estabilizar una emulsión es posible gracias a los ingredientes llamados emulgentes, son moléculas que tienen una parte hidrófila (que tienen apetencia por la fase acuosa) y otra parte lipófila (que tienen apetencia por la parte oleosa de la mezcla). Estas moléculas se sitúan entre las dos fases disminuyendo las fuerzas que hacen que tengan tendencia a la separación, consiguiendo que las gotitas de aceite antes descritas, interpuestas en una matriz acuosa mediante energía mecánica no se separen y generen un producto estable. En el caso de la mayonesa, esa función la realiza la lecitina presente en el huevo.
Cuando a una mezcla de agua y aceite, o de sustancias hidrofílicas y lipofílicas se le aplica una energía cinética, una de las partes se interponen en otras; imagínese un vaso con tres dedos de agua y uno de aceite el cual movemos enérgicamente con una cucharilla. El aceite formará gotas dentro de la masa de agua, más pequeñas cuanto más enérgicamente agitemos. Diremos que hemos formado una emulsión de aceite en agua. En este caso, tras reposar un poco la emulsión, volverán a separarse las fases ya que tienden a situarse de la forma energéticamente más favorable.
Si consiguiéramos estabilizar esas gotitas de aceite en el seno de la matriz acuosa y mantenerlo en el tiempo, conseguiremos tener una herramienta formidable para canalizar los activos cosméticos que necesitemos poner en contacto con la piel protegiéndolos del exterior y liberándolos de manera conveniente.
Tomemos otro ejemplo corriente. Cuando elaboramos una mayonesa, ponemos un huevo, aplicamos energía con una batidora y añadimos poco a poco aceite. Estamos interponiendo aceite en una matriz hidrófila. La gran diferencia con el ejemplo anterior es que ahora ese aceite no se separa de la fase que lo contiene, ¿por qué ocurre esto?.
Estabilizar una emulsión es posible gracias a los ingredientes llamados emulgentes, son moléculas que tienen una parte hidrófila (que tienen apetencia por la fase acuosa) y otra parte lipófila (que tienen apetencia por la parte oleosa de la mezcla). Estas moléculas se sitúan entre las dos fases disminuyendo las fuerzas que hacen que tengan tendencia a la separación, consiguiendo que las gotitas de aceite antes descritas, interpuestas en una matriz acuosa mediante energía mecánica no se separen y generen un producto estable. En el caso de la mayonesa, esa función la realiza la lecitina presente en el huevo.
En función de los elementos que hemos descrito antes, existen varios tipo de emulsiones. Hablábamos de interponer una fase oleosa en el seno de una fase acuosa; en ese caso decimos que el signo de la emulsión es acuoso o que se trata de una emulsión de fase externa acuosa y se representa científicamente "O/A" o en su versión inglesa "O/W". Cuando contrariamente a lo descrito se interpone una fase acusa en el seno de otra fase oleosa, decimos que el signo de la emulsión es oleoso o que se trata de una emulsión de fase externa oleosa cuya notación científica es "A/O" o en su versión inglesa "W/O". Las características de uno u otro tipo de emulsión son muy diferentes, dan lugar a diferentes tipo de textura y tienen aplicaciones diferentes.
¿Cómo se puede comprobar el signo de una emulsión?
Es relativamente sencillo y no hace falta disponer de un gran laboratorio
Observen esta imagen. ¿Qué está ocurriendo ahí? Sencillamente es una prueba para determinar el signo de una emulsión.
A dos cremas diferentes, una O/A y otra A/O se le añade una solución acuosa (3 gotas en este caso) con un colorante hidrosoluble (rojo CI 18050) para que se vea bien. Al tratarse de una solución acuosa, las gotas de la disolución difunden por la crema de fase externa acuosa O/A, pero no lo hacen por la de fase externa oleosa A/O, resultando evidente cuál es de un signo y cuál de otro.
La cosa se puede complicar un poco cuando, por ejemplo, para conseguir diferentes texturas formamos una emulsión entre un gel acuoso y un aceite. Obtendríamos un cremi-gel con aplicaciones muy interesantes en cosmética, pero eso lo dejaremos para otro artículo más adelante.